PEPPE DIMITRI: CUANDO COMBATIR ES UN DESTINO
Por Enrique Monsonís
El 30 de marzo del año 2006, partía hacia la Eternidad uno de los más importantes militantes identitarios europeos de los últimos años. Nos referimos al italiano Peppe Dimitri «il guerriero sanse sonno», tal como era conocido en los ambientes de la Destra Radicale. Como Adriano Romualdi, otro referente del pensamiento tradicional y de la acción identitaria en el país itálico, tuvo un final tristemente moderno, un accidente de tráfico le apartó bruscamente de las trincheras de este escenario de lucha en el mismo barrio romano que le vio iniciarse en el combate por Europa, el tan importante y simbólico para el universo neofascista romano, distrito del Eur.
Nacido en Roma en el año 1956, Dimitri comenzó su andadura combatiente, con sólo quince años, en el Liceo Vivona del Eur en los primeros años setenta. Este instituto de enseñanza media era en aquella época, previa a los famoso años de plomo, un feudo para el movimiento alternativo juvenil italiano, en concreto para organizaciones como Avanguardia Nazionale, en la que el joven Dimitri inició su militancia, convirtiéndose en responsable operativo de la misma y jefe de escuadra, siendo muy pronto conocido en el importante ambiente contestatario romano por sus dotes organizativas y su capacidad de acción dentro de dicho movimiento. La primera batalla fue contra sí mismo, la autodisciplina, el ejercicio físico y el adiestramiento a través de largas y duras marchas en la montaña, pudo vencer la comodidad blanda y la diversión sin límites que rendía los cuerpos y los espíritus de muchos jóvenes de su generación. La acción por un objetivo superior y el estudio de las antiguas tradiciones de los antepasados indoeuropeos afianzaron los inicios de una formación a la vez espiritual, tradicional y política, cuando todavía no rozaba la veintena.
En 1976, una vez disuelta Avanguardia Nazionale, y con diecinueve años, consciente de la necesidad de agrupar a los elementos más jóvenes y activos del emergente movimiento identitario en una organización totalmente novedosa que conjugara el pensamiento y el estudio con la acción política, crea junto a Roberto Fiore y Gabriele Adinolfi el grupo Lotta Studentesca , que dos años más tarde pasará a denominarse Terza Posizione. De esta manera TP se convertirá en el principal grupo de contestación al sistema de finales de los setenta. Los jóvenes de dicha organización se formaron en el combate y el estudio, y en las filas del mismo convivieron personalidades importantes del actual pensamiento identitario como el propio Adinolfi, el cantautor Massimo Morsello, ya fallecido, Roberto Fiore, hoy dirigente y fundador del partido Forza Nuova, o los hermanos Nanni –que morirá en una celda policial en extrañas circunstancias– y Marcello D’Angelis, una generación política italiana a tener en cuenta. Nos encontramos en plena época de los años de plomo, una interesante y sangrienta fase de la guerra civil europea, muy virulenta en Italia, en la que muchos jóvenes militantes cayeron en diversos ataques armados por parte de la izquierda y en la que las organizaciones paramilitares del sistema tuvieron un importante papel que aumentó la confusión. Peppe Dimitri no fue ajeno a esta guerra, y como muchos otros se vio envuelto en la vorágine pagándolo con nueve años de cárcel.
Cuando la formación y las convicciones son las correctas, lejos de ablandar o mitigar las intenciones, la prisión por motivos políticos afianza la motivación por la lucha y la creencia en un ideal superior. De esta manera durante el tiempo que permaneció privado de libertad, y a pesar de presiones externas, la muerte de su madre etc, su prestigio, su combatividad y su moral continuaron intactas. Peppe Dimitri, una vez cumplida su condena continuó luchando por aquello en lo que creía, y lo hizo esta vez a través de la lucha política en las filas de Alleanza Nazionale, de la mano de uno de sus principales dirigentes, el entonces ministro Gianni Alemanno , principal exponente de la corriente de la Destra Soziale de dicho partido y hoy recién elegido alcalde de Roma. Su última actividad política fue como asesor de Alemanno y presidente de uno de los Círculos de AN.
Combatiente ejemplar, deportista, dirigente extraparlamentario, estudioso de las runas y de la tradición indoeuropea, y seguidor de Evola, no tuvo inconveniente, como muchos otros, en introducirse en los ruedos de la política electoral, encontrando en la misma una importante trinchera de lucha, hacia dentro y hacia fuera de la formación política que le acogió. Junto a antiguos compañeros de lucha como Marcelo D’Angelis, o nuevos camaradas llegados desde las facciones más sociales del MSI como el propio Alemanno o su suegro Gianno Accame, se dispuso a continuar luchando por el mismo objetivo de siempre. El pensamiento y la acción volvían a conjugarse en el veterano militante.
La muerte le llegó cuando aún tenía mucho que decir. Y es curioso constatar, cómo hasta su despedida, en los alrededores de los históricos escenarios del Vittorino y del imperial Foro romano, fue de tal modo simbólica, que reunió a diversas generaciones de luchadores, desde veteranos de la República Social hasta parlamentarios próximos al gobierno, pasando por militantes de Ordine Nuovo, Avanguardia Nazionale o Terza Posizione, o los más actuales de los Centri Soziali di Destra. Históricos del MSI, junto a representantes de sus últimas escisiones, y la presencia de exponentes de todas las corrientes culturales y políticas de la llamada Destra. En su despedida Peppe Dimitri supo unir a todas las facciones y representantes de la historia viva del movimiento identitario italiano, mientras el partido al que pertenecía dejaba más patente que nunca la división existente en su seno.
El 2 de abril del 2006 en Roma, la ciudad inmortal, algunos combatientes en pie, despedían a un guerrero. Su ejemplo sigue vivo.
Peppe Dimitri, ¡Presente!
(1956-2006)
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